En el piso de arriba de la confitería hay una pensión de damas rosadas y de buena moral, según otra convención.
Las persianas fueron blancas, después grises y descascaradas a medio abrir. No le interesa y prefiere dejarlo para otra historia.
Les fleurs du mal, Matisse, Baudelaire, Francia y Paris siempre estuvo tan lejos. Rue des Arts, una postal.
Retoma, se torna pelirroja con trenzas, un casco con cuernos le cubre los ojos; tiras finas de cuero de cabra le atan las muñecas. ¡Bárbaros! –Nos mudamos a Noruega, allá hace frío, y llueve, y moja, y niebla densa.
jueves, 29 de noviembre de 2007
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1 comentario:
¡Que deleite!
eso esta muy bien checha.
de hecho. combina con la imagen.
salud.
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