(...) Entre montañas, esteros, otras sonrisas, otros hombros, ahí están mis manos jugando, un poco tímidas, entre tanto calor y almohadones.
Martes, 13 de marzo
Nota azul. Tres semanas para componer una rapsodia. Los almanaques están destruidos, los arlequines despintados, cartas de tarot de regalo sobre la mesa: Arlequín Aquitarot. Introducción un poco grandilocuente para nuestra historia, pero me da gracia y eso es válido. No sé bien qué es la noche o qué pasa de noche, mientras se escucha el barrer de los adoquines, el zumbido de alguna usina, un coche volviendo de una fiesta. La sombra inquieta del araucaria, los faroles modernos, sonidos desarmados. Qué tarde dormíamos. Los ojos rabiosos de sueño, bostezos cómplices, mis ojeras prominentes, tu piel tan blanca (...)
Martes, 13 de marzo
Nota azul. Tres semanas para componer una rapsodia. Los almanaques están destruidos, los arlequines despintados, cartas de tarot de regalo sobre la mesa: Arlequín Aquitarot. Introducción un poco grandilocuente para nuestra historia, pero me da gracia y eso es válido. No sé bien qué es la noche o qué pasa de noche, mientras se escucha el barrer de los adoquines, el zumbido de alguna usina, un coche volviendo de una fiesta. La sombra inquieta del araucaria, los faroles modernos, sonidos desarmados. Qué tarde dormíamos. Los ojos rabiosos de sueño, bostezos cómplices, mis ojeras prominentes, tu piel tan blanca (...)
No hay comentarios:
Publicar un comentario