sábado, 22 de diciembre de 2007

On a parlé dans la radio

Y venía con un ritmo constante, algo de eso que tienen los ritmos, vos al lado de la puerta, yo con miedo a que se abriera. Vos con pantalón azul, yo también. Hacía tanto calor, me faltaba el aire, me faltaba un nombre. Tus ojos yendo, los chicos, el deporte, el viejo que duerme un poco, tus ojos viniendo. Yo así, como hoy, o como casi nunca derecha, colocando mi columna en el centro, intentando hacerla coincidir con algún punto que no conozco, con un punto que me deja sin aire y ya, tu mano tan blanca en el bolsillo derecho del pantalón.

Mis pies: insoportables, tanto calor, tan poco lugar entre tantos hombros y mujeres. Y así, las mujeres, el tren que pasaba tarde, las dificultades. Tres: la desesperación, el vagón quieto, tus ojos igual, yo sin aire, yo te miraba y tu mochila en el piso. Un gesto alto en las cejas, el chico gritando, el cuello que me duele tanto y tan feo, unas cuantas canas y los dedos rápidos y algo de amor encima. El francés. ¡Merde alors! Y tu risa, cuánta alegría verte, estar en este momento, yo que pensaba que no tenías risa con tu postura tan correcta y la mano en el bolsillo.

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