Dos amigas se sientan a la mesa en una cocina.
Somos Sol y yo, tomamos mate.
En realidad ella toma café con leche y yo...
Está bueno tener amigos como Sol.
Sol te cuida, te prepara sánduches de pan frances, queso y dulce de frambuesa.
Ella sabe.
Y la tarde es fea. Super gris.
Llueve de a ratos
y Fermín se trepa entre las rejas de la puerta, llorando,
pero Sol no lo deja entrar porque sabe que le tengo miedo a los gatos siameses.
Cuando llegué ella se estaba termiando de bañar.
Susana y yo nos sentamos en la mesa del comedor.
Charlamos de Josefina, La abuela.
Ella, sin saber, pone play a un cassette de Silvio; Mujeres.
Yo la escuchaba a Susana; triste yo, triste ella.
Su madre está internada y por eso está mal.
Yo, un fin de semana de perros.
Sol, una pesadilla conmigo de protagonista y la angustia;
no llegué a atender su llamada del sábado
estaba comiendo chau mien, perdoname.
Y ella y yo nos miramos un rato.
Sol tiene cara triste porque yo...
y como lo que me preparó y tomo mis mates fríos
mientras le hablo de él,
del hombre que amo profundamente
y es ahí cuando me doy cuenta de que el domingo no es tan feo.
Dos amigas que se quieren.
Un mate y un café.
Nosotras y la mitad del mundo
6 comentarios:
Te quiero mucho Ce!!!. Me hiciste llorar zoqueta!!!!
El mundo según Checha.
¡LINDA!
=)
Que nos hacés llorar a todos!!!
Te quiero.
Mum.
Lindo eh!
Saludos
Muy lindo sorella...la mitad del mundo te espera...
Besos
Me gustó. Más allá de que toda esa emoción me es ajena, te toca. Tiene mucha imágen. La sensorialidad brota y llega. Hay que saber sentir un domingo.
La amistad, el olor del ambiente de la cocina: ese café (pócima contra el frío que se mide con termómetro y el otro, el que se mide con el alma, los sanguches y el amor, en todas sus formas...
Sos muy creativa. Veo orden disfrazado de caos.
Saludos
Gustavo Bonino
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