ya es lunes.
tengo puestas las medias marrones que compré en la costa un día de mucho frío, sin sol, sin verano, hace más de cinco años y no puedo creer que todavía sigan íntegras aunque un poco decoloradas.
él se está bañando. tiene un resfrío fulminante, tanto que lo atacó hace no más de unas pocas horas y ya está, caput, el aire no pasa.
se está bañando. le dije que respirara fuerte el vapor.
en cuanto a mi: los pies fríos pero sonriendo de ratos.
vimos una película. Once, ¿alguien la conoce? la música es hermosa; antes de meterse en la ducha le dio play al reproductor. acá estoy entonces, escuchando las canciones compuestas por los mismos protagonistas de la peli. bueno, ¿no?
el teclado de P me cuesta un perú. tiene ondulaciones, el tilde en otro botón, pero confió en que le voy a encontrar la vuelta. yo le tengo miedo a los botones ajenos. cualquier artefacto que no es mio y que llega a mis manos es tratado de una forma muy particular. en realidad, lo particular es que no es tratado, no toco nada y, si lo hago, lo hago con extremo terror, siento, continuamente, que soy capaz de desconfigurar el mundo al presionar un botón ajeno.
hoy, después de cenar (milanesas con puré), me recosté en la cama, me abrigué con la bolsa de dormir azul y cerré los ojos. P escribía, no sé qué, yo pensaba en Loli y me sonreía. Loli es mi abuela. y la pensé largo rato, me fui de viaje a su casa en san fernando, al fondo, a la ligustrina, a los pajaritos, a la imagen imborrable que tengo de ella regando las plantas cuando bajaba el sol y, de golpe, parada frente a la mesada de la cocina picando perejil y terminando de freír mis papas fritas para ponerlas en el plato hondo de vidrio marrón.
en este tipo de pensamientos es difícil poner comas o puntos es todo tan.
cuando pasan (ustedes) mucho tiempo frente a algo, supongamos, al monitor de la computadora, y después de un rato deciden volver a mirar lo que dejaron atrás, ¿no encuentran ese atrás curiosamente extraño?
creo que ahora estoy escupiendo pensamientos que nada tienen de célebres. pongamos un punto acá.
hoy tengo las medias marrones que compré en la costa un día de viento. P sigue en la ducha pero, hace bastante que no me sentía tan acompañada como en este preciso momento.
lunes, 8 de septiembre de 2008
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4 comentarios:
Para los que hacen preguntas boludas como: "-¿En qué estás pensando mi amor?".
Tomá GIL, ahí tenés...
¡JA!
Qué mujer brillante =)
Yo ayer se podría decir que también tuve un domingo sentimental..
Encontré fotos de mi nonno y cada vez que lo veía sonreír se me ponía la piel de gallina y me lloraban los ojos. (Y eso que hace 12 años que se fue)
Las partidas y sus recuerdos me ponen así. Y madrugar un domingo, peor..
Un beso,
M.
Genial!!!
Sos mi memoria y mi sentimiento.
Mum.
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